Desde el punto de vista de una vivienda, lo ideal es aplicar este concepto desde su diseño. No obstante, hay muchas medidas que se pueden aplicar en una casa ya terminada para mejorar su eficiencia.

 

Las soluciones pueden ser de lo más simples, cómo poner cortinas, o bastantes complejas pero que en definitiva su costo termina siendo compensado por los ahorros en energía y una mejor habitabilidad de la vivienda.

 

Orientación, para aprovechar la luz natural, creando aleros para evitar el recalentamiento durante los meses calurosos y permitir la entrada del sol en los meses fríos.

 

Aislación, usar un buen material aislante en toda la casa y vidrios dobles para evitar las pérdidas de frío y calor.

Cortinas, evitan que la radiación entre directamente a las habitaciones, logrando un menor recalentamiento, y alargando la vida útil de muebles y objetos dentro de la casa.

 

Uso de energías alternativas. El uso de colectores solares para agua y calefacción es una buena opción. Por qué no la instalación de paneles solares para la generación de energía eléctrica. Para este mismo fin, pueden usarse también pequeños molinos. Las energías alternativas son una excelente opción, sus costos están bajando día a día, pero es necesario hacer un estudio del recurso (viento, sol) en el lugar donde se instalará.

Otra opción poco usada en Argentina es la instalación de tubos colocados unos metros bajo tierra, que ventilan el aire de la casa, logrando mantenerla a una temperatura más agradable durante todo el año, reduciendo de esta manera el consumo de energía (electricidad o gas).

 

Otra muy buena alternativa para lograr eficiencia térmica y acústica son las terrazas verdes. Con una buena aislación y una correcta selección de la vegetación, esta es una excelente opción y permiten crear espacios verdes en esos lugares "muertos" de la casa.

 

El cuidado del agua no debería dejarse de lado, construyendo sistemas de recolección de agua de lluvia, re-utilización de aguas grises, griferías eficientes, descargas dobles en los inodoros, etc.

 

Por último y no menos importante, el manejo adecuado de los residuos. Con simples cambios de hábito, se puede reducir de manera significativa la cantidad de basura que generamos. Usando los desperdicios orgánicos para hacer compost. En este punto, nuestra actitud como consumidores responsables es fundamental. Ir al súper con tu bolsa evitando traerte decenas de bolsitas, eligiendo productos con poco embace, comprando todo lo que se pueda lo que se produce localmente ahorra una cantidad impresionante de combustible aplicado a los productos para su distribución.