El tipo de consumo al que estamos acostumbrados, no contempla los desperdicios que generamos día a día. La basura es llevada a basurales autorizados o clandestinos, y el problema ya no es nuestro. Es necesario que cada uno, empezando por casa, trate de reducir los desperdicios. Mucho de lo que tiramos sin pensar donde va, puede ser reutilizado. Requiere un esfuerzo adicional, pero vale la pena...

 

Residuos orgánicos. Con los restos de frutas, verduras, cáscaras de huevo y demás restos orgánicos, podemos crear compost. El compost surge de la descomposición de estos restos vivos y se usa como fertilizante natural. De esta manera podremos abonar nuestras plantas sin la necesidad de químicos.

 

Consumo Responsable. Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de disminuir la concentración de basura. Podemos elegir productos con envoltorios biodegradables, priorizando lo que se produce localmente, y evitando aquellos con grandes cantidades de material usados para empaquetarlos. Es necesario estar informados sobre lo que consumimos, su procedencia, modos de fabricación. Esto es beneficioso tanto para la salud como para el planeta.
 
Disposición adecuada de los desechos. En muchos lugares se recolectan materiales para su reutilización, o disposición adecuada. Es el caso del papel, el cartón, las botellas de vidrio, las botellas plásticas, los cartuchos, las pilas, etc. Contactanos...